
Estreno este blog con una pasión de la cual descubro más cosas cada día. Será para mí la manera de mostrarte que en la simplicidad hallamos, a veces, ayudas poderosas.
Hoy empiezo con una breve introducción a las plantas medicinales aunque poco a poco las iremos viendo individualmente con sus usos.
Las plantas medicinales, ya desde la antigüedad, estan presentes en nuestra cultura para perfumar nuestros platos, para conservar alimentos y como herramienta terapéutica para estados de enfermedad o para evitarlos. Cuanta gente me dice que la palabra manzanilla le evoca una sensación o recuerdo de vómito. Esto tiene su lógica, la manzanilla es una planta que en cantidad puede ser emética, vaya que te ganas de vomitar, también es un buen brebaje digestivo y antiinflamatorio. Ya de pequeños, a casi todos nosotros, nos ofrecían una manzanilla cuando teníamos dolor de barriga con los resultados deseados… ¡Qué recuerdos!
Incluso desde la prehistoria y hasta hoy en día, humanos y animales usamos este recurso natural por sus propiedades medicinales. Las plantas se comunican con su entorno a través de sus esencias y características como colores, formas o texturas. Son sus herramientas para asegurar su reproducción y supervivencia. Su encanto puede llegar a ser el veneno más potente.
En la antigüedad, saber hacer un uso terapéutico de las plantas podía ser una virtud o una sentencia de muerte. A las mujeres que eran expertas se las condenaba como bruixes por sus habilidades de sanar haciendo uso de los elementos de la naturaleza, como por ejemplo plantas medicinales, resinas y setas que encontraban en el bosque.
Esta sabiduría se transmitía de madres a hijas y desafortunadamente, en muchos casos, no ha llegado a las generaciones de hoy en día.
En nuestra lengua encontramos muchas frases hechas de plantas medicinales que ya nos indican por qué motivo les deberíamos de usar. Te dejo una para reflexionar, ¿me escribes tu una también?
Cuando la barriga duele, la manzanilla viene.
No os perdáis la próxima entrada en el blog hablaremos de los herbolarios. ¿Hay alguno en tu barrio o población?